miércoles, 1 de octubre de 2008

La Sencillez y la Humildad

Hace algún tiempo leí sobre el genio de Teresa de Liseux, y me encontré con algo muy fascinante en ella: su sencillez y humildad.
Cualquiera me podría, decir que eso es algo evidente en un santo y mas aun en la peculiar vida de esta "santita".
Pero lo que he de recalcar es la forma como ella vivía estas virtudes, y lo ha dejado plasmado en sus escritos, hoy me propongo reflexionar brevemente sobre esta virtudes, basándome sobre todo en la forma como las vivió esta santa.

La sencillez en “la florecía del Carmelo
La vida de santa Teresita me ha dejado impactado, en primer lugar; porque, ¿Cómo pudo llegar a ser santa una niñita inocente y vivaracha? ¿Cómo explicar esta vocación tan especial, en lo que parecía un capricho de niña que había tenido todo y decidió tener solamente a Cristo? ¿Cómo será posible que ella sin dejar de ser Teresa Martín, siguió siendo simplemente Teresa?
Preguntas sobre el modo en que ella vivió su sencillez hay muchas, pero la respuesta la resumimos en este párrafo: Ella siempre lo deseo tener todo y opto por tenerlo todo queriendo tener nada, pues lo tenía todo solo quedándose con Cristo, y amando su santa voluntad, porque ella sentía que lo que le agradaba a Dios era que ella amara su pequeñez y su pobreza.
Reconociéndose incapaz de alcanzar la santidad por su limitada condición de pequeño juguetito en las manos del Niño Dios deja que el haga con ella lo que este Niño capricho quiera. Ella no decía que Dios fuera un caprichoso, pero ella podía ser semejante a un juguetito aventado por los caprichos de un niño inquieto. Ese niño inquieto que no es más que su amado Jesús, es Él, el que fue obrando para que poco a poco fuese alcanzando la santidad, haciendo el menor esfuerzo.
Su sencillez no va ser más de lo que en la teología espiritual se le llama “infancia espiritual”, que se basan en las palabras de Jesús: “el que no sea como un niño no entrara en el Reino de los Cielos"( Cf. Mt 18, 1-4)
Esta sencillez no consiste en comportarnos como niños sino en tener la sencillez de un niño que siempre hace lo que su padre a quien tanto quiere le pide. Esa sencillez que no consiste en ser caprichoso como lo son los niños sino en ser verdaderos modelos de obediencia filial ateniéndose de que solo lo que el padre le dice es bueno y provechoso para su vida.
Por ultimo esta sencillez nos llevara a reconocer nuestra verdad sobre nosotros mismos así como santa Teresita la descubrió. “me gustaría ser santa pero siento mi impotencia”, esto no se aleja del concepto de que humildad es andar en la verdad, porque solo el humilde logra acoger con sencillez la divina voluntad de Dios.
Recalcando lo anterior, esto nos lleva a una completa aceptación de nuestra realidad, la cual se va transformando en la medida en que nos sentimos más amados por Dios, y dejamos de lado nuestros torpes caprichos que nos separan de la pureza de su amor.
Espero que con esta reflexión comencemos a vivir en plena sencillez recorriendo el caminito de esta peculiar “santita” de nuestros tiempos modernos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

HOLA!!!
QUÉ BONITO LO QUE ESCRIBES, ME A GUSTADO MUCHO!!!

A MI ME ENCANTA LEER TODOS ESTOS ESCRITOS, PORQUE SIEMPRE ENCUENTRO ALGO MÁS BONITO Y GRANDE, QUE ES EL AMOR DE DIOSITO!!!