miércoles, 22 de octubre de 2008

Comunidades Eclesiales de Base según la Teología de la Liberación

Introducción

En la Sagrada Escritura podemos encontrar el punto fundamental así como lo ven los teólogos de la liberación sobre como funcionan o a que se deban las Comunidades Eclesiales de Base. Uno de los libros favoritos para los teólogos de la liberación es el libro de los hechos de los apóstoles, en donde ellos ven que en las primeras comunidades cristianas, se compartían vienes por igual y no había pobres ni ricos, porque todos participaban dándolo todo y que todo lo tuvieran en común.

El presente ensayo tratara de manera mas o memos sistemática abordar el tema de las Comunidades Eclesiales de Base, ya que este tema es muy recurrido por los teólogos de la Liberación pues en él se habla de una perspectiva social, en la cual el fiel cristiano insertado en la sociedad busca afrontar los problemas mas cruciales para su vida y el tema del trabajo es uno de los mas tratados en el aspecto social. Bien el presente trabajo esta estructurado de la siguiente manera, primero abordaremos un poco en el tema de cómo se concibe a la comunidad de base desde las perspectivas liberadoras, (Comunidades de Base según el Teólogo de la Liberación), luego nos adentraremos a analizar como se relacionan los conceptos de Iglesia del Pueblo o Iglesia Popular con las Comunidades Eclesiales de Base, (Iglesia Popular y Comunidades de Base), esto nos llevara consecutivamente a analizar la naturaleza propia de las Comunidades Eclesiales de Base, (¿Qué son las Comunidades Eclesiales de Base?), también incluiremos un temita en donde ponemos claro la idea de donde nacen las Comunidades de Base, (Las Comunidades Eclesiales de Base. Una actualización de las primeras comunidades cristianas), para luego abordar los alineamientos que propone el Magisterio para este movimiento que seria lo que verdaderamente constituye a una Comunidad de Base, (Las Comunidades Eclesiales Base: en la línea del Concilio Vaticano II, de Medellín y Puebla) y por ultimo analizaremos como influye la Teología de la Liberación en las Comunidades de Base, (Comunidades Eclesiales de Base y Teología de la Liberación), considero que lo que siempre se espera de todo trabajo sea una respectiva conclusión, bien en esta expondremos lo que en resumen se ha planteado a lo largo de este pequeño ensayo.

Comunidades de Base según el Teólogo de la Liberación

Trataremos un poco de entrar en la definición característica que tiene los teólogos de la Liberación sobre lo que en la Iglesia se conoce como Comunidades Eclesiales de Base. Nos plantearemos si el concepto y definición de Comunidades Eclesiales de Base corresponde a lo que la Iglesia en su Magisterio propone.
Según Julio Lois las comunidades Eclesiales de Base reafirman en sus conclusiones la opción por los pobres y oprimidos para poder así evangelizar así con acción liberadora. ¿Qué significa a nivel eclesial esta opción por los oprimidos? En las mismas conclusiones leemos las respuestas:
Ø Que la Iglesia participe en la lucha liberadora del pueblo
Ø Que colabora para que el pueblo descubra la causa de la opresión en que vive.
Ø Que denuncie toda forma de injusticia, tanto de nivel individual como del sistema.
Ø Que proponga una comunidad sin barreras en la se eliminen los privilegios y el monopolio de los medios de Producción y de los servicios colectivos, concentrados en manos de una minoría.
Ø Que participe en la denuncia y en la lucha contra la dominación que impide la fraternidad y la comunión entre los pueblos.[1]
Se nota muy bien el carácter liberador que poseen las Comunidades Eclesiales de Base en los párrafos anteriores, y denota ciertas variantes que contrastan un poco con la doctrina de la Iglesia.

Iglesia Popular y Comunidades de Base

Otro punto a tener en particular es que hay que notar un cierto enlace entre el termino “Iglesia Popular” y las Comunidades Eclesiales de Base. Primero analizaremos el término de “Iglesia Popular”:

Este término nacido en Brasil en 1975 durante una reunión en donde se tuvo como lema: “Una Iglesia nacida del Pueblo por medio del Espíritu Santo”. Claro esta que muchos no estuvieron de acuerdo en utilizar los términos Iglesia Popular e Iglesia despueblo, pues la Iglesia no se reduce a una clase social, mas bien se hablo de una Iglesia nacida del Espíritu Santo. Entonces el termino “Iglesia Popular” viene a ser como la forma abreviada de ese lema.

Las Comunidades de Base junto con la noción de “Iglesia del Pueblo”, estaban pues controvertidas cuando los obispos se reunieron en Puebla en 1979. Junto a las alabanzas de las Comunidades de Base, los obispos expresaron palabras de cautela y de advertencia. Insistieron que la Iglesia debe verse: “como un Pueblo histórica y socialmente estructurado” que “representa la estructura mas amplia”, más universal y mejor definida en la que debe inscribirse la vida de las Comunidades de Base sino quieren caer en el peligro de la anarquía organizativa o el elitismos de miras estrechas y sectarias”[2]

Metiéndonos mas al tema, siempre ha sido este muy debatido y los efectos que este movimiento eclesial puede causar puede ser bueno o malo, atendiendo a los principios tradicionales de la teología de la liberación pueden las Comunidades Eclesiales de Base convertirse en difusores de los principios liberadores propuestos por esta corriente Teológica.

Otros autores verán la importancia que tuvo ese encuentro, pues es una manifestación de la Iglesia de los Pobres en marcha, que poco a poco se va viendo más el aporte de estos movimientos al programa revolucionario de esta corriente. Julio Lois vuelve a hacer referencia a la “Iglesia que nace del pueblo por el Espíritu de Dios”.

Las Comunidades Eclesiales de Base reafirman en sus conclusiones la opción del pueblo pobre-oprimido. Para poder evangelizar así con visión liberadora “Para ser fieles al evangelio y a las exigencias de la realidad vivida por el pueblo, optamos por una evangelización liberadora, lo que implica una clara opción por los oprimidos”[3]
Bien, vemos que hay una clara relación entre las Comunidades de Base y opción por los pobres. No es dudar que siempre encontremos esta relación pues poco a poco la idea de la Iglesia de los pobres ha ido tomando fuerza y poco a poco se ha ido metiendo la idea de un Iglesia mas humana, que busque acercarse a las gentes y que se identifique con ella. La inspiradora constitución Gaundium et Spes nos ha enseñado que la Iglesia debe encarnarse en la realidad, y debe de buscar la manera correcta de ver la realidad de nuestro tiempo. Por ello podría antes de seguir nuestro ensayo sobre las Comunidades Eclesiales de Base, hablar un poco de su naturaleza desde la perspectiva propiamente doctrinal. Y seria lo que el Magisterio dice sobre este movimiento.

¿Qué son las Comunidades Eclesiales de Base?

Según las define Juan Pablo II en Rededentoris Missio nº 51, son un fenómeno de rápida expansión en las jóvenes Iglesias, promovido, a veces, por los Obispos y sus Conferencias como opción prioritaria de la pastoral, y que están dando prueba positiva como centros de formación cristiana y de irradiación misionera. Se trata de grupos de cristianos a nivel familiar o de ámbito restringido, los cuales se reúnen para la oración, la lectura de la Escritura, la catequesis, para compartir problemas humanos y eclesiales de cara a un compromiso común. Son un signo de vitalidad de la Iglesia, instrumento de formación y de evangelización, un punto de partida válido para una nueva sociedad fundada sobre la "civilización del Amor".

Estas comunidades serán un lugar de evangelización, en beneficio de las comunidades más vastas, especialmente de las Iglesias particulares, y serán una esperanza para la Iglesia universal, como Nos mismo dijimos al final del Sínodo, en la medida en que: buscan su alimento en la palabra de Dios y no se dejan aprisionar por la polarización política o por las ideologías de moda, prontas a explotar su inmenso potencial humano; evitan la tentación siempre amenazadora de la contestación sistemática y del espíritu hipercrítico, bajo pretexto de autenticidad y de espíritu de colaboración; permanecen firmemente unidas a la Iglesia local en la que ellas se insieren, y a la Iglesia universal, evitando así el peligro -muy real- de aislarse en sí mismas, de creerse, después, la única auténtica Iglesia de Cristo y, finalmente, de anatemizar a las otras comunidades eclesiales; guardan una sincera comunión con los Pastores que el Señor ha dado a su Iglesia y al Magisterio que el Espíritu de Cristo les ha confiado; no se creen jamás el único destinatario o el único agente de evangelización, esto es, el único depositario del Evangelio, sino que, conscientes de que la Iglesia es mucho más vasta y diversificada, aceptan que la Iglesia se encarna en formas que no son las de ellas; crecen cada día en responsabilidad, celo, compromiso e irradiación misioneros; se muestran universalistas y no sectarias.[4]

La vivencia de la comunión a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su "comunidad de base": es decir, una comunidad local o ambiental, que corresponda a la realidad de un grupo homogéneo, y que tenga una dimensión tal que permita el trato personal fraterno entre sus miembros. Por consiguiente, el esfuerzo pastoral de la Iglesia debe estar orientado a la transformación de esas comunidades en "familia de Dios", comenzando por hacerse presente en ellas como fermento mediante un núcleo, aunque sea pequeño, que constituya una comunidad de fe, de esperanza y de caridad. La comunidad cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansión de la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es, pues, célula inicial de estructuración eclesial, y foco de la evangelización, y actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo.[5]
Cuando una parroquia no puede ser normalmente atendida o contar con un párroco residente, puede ser confiada a los cuidados de un diácono o de un grupo de religiosos o religiosas, a ejemplo de lo que se ha hecho en algunas regiones con resultados muy positivos.[6]
La Iglesia es el pueblo de de Dios que expresa su vida de comunión y servicio evangelizador en diversos niveles y bajo diversas formas históricas.[7]

Las Comunidades Eclesiales de Base. Una actualización de las primeras comunidades cristianas

Las Comunidades Eclesiales de Base reproducen, en cierto modo, la estrategia pastoral de la Iglesia primitiva y algunos rasgos de la primera evangelización latinoamericana. Ellas quieren ser la expresión actualizada más parecida a las primeras comunidades cristianas descritas en los Hechos de los Apóstoles:

“Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia, a la fracción del pan y a la oración… Todos los creyentes vivían unidos y compartían todo cuanto tenían. Vendían sus bienes y propiedades y se repartían de acuerdo a lo que cada uno de ellos necesitaba”.[8]
“La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como suyo lo que poseía, sino que todo lo tenían en común. Dios confirmaba con su poder el testimonio de los apóstoles respecto de la resurrección del Señor Jesús, y todos ellos vivían algo maravilloso. No había entre ellos ningún necesitado, porque todo lo que tenían, campos o casas los vendían y ponían el dinero a los pies de los apóstoles, quienes repartían a cada uno según sus necesidades”.[9]

Las Comunidades Eclesiales Base: en la línea del Concilio Vaticano II, de Medellín y Puebla

La experiencia latinoamericana de las Comunidades Eclesiales de Base brota de la renovada eclesiología del Concilio Vaticano II. Dice el Concilio: “La Iglesia avanza con toda la humanidad, experimenta la suerte terrena del mundo y su razón de ser es actuar como fermento y alma de la sociedad” [10]

Las Comunidades de base “surgen y se desarrollan en el interior de la Iglesia, permaneciendo solidarias con su vida, alimentadas con sus enseñanzas, unidas a sus pastores. Nacen de la necesidad de vivir todavía con más intensidad la vida de la Iglesia o del deseo de una dimensión más humana que difícilmente pueden ofrecer la comunidad eclesial, sobre todo en las grandes ciudades contemporáneas que favorecen el anonimato y la masificación… Se quieren reunir para escuchar la Palabra de Dios, para los sacramentos, el ágape fraternal de las personas que la vida misma encuentra ya unidas en la lucha por la justicia, la ayuda fraterna a los pobres, la promoción humana”… [11]

Los miembros de estas comunidades, «viviendo conforme a la vocación a que han sido llamados, ejerciten las funciones que Dios les ha confiado, sacerdotal, profética y real», y hagan así de su comunidad «un signo de la presencia de Dios en el mundo»[12]

Se comprueba que las pequeñas comunidades, sobre todo las Comunidades Eclesiales de Base crean mayor interrelación personal, aceptación de la Palabra de Dios, revisión de vida y reflexión sobre la realidad, a la luz del Evangelio; se acentúa el compromiso con la familia, con el trabajo, el barrio y la comunidad local. Señalamos con alegría, como importante hecho eclesial particularmente nuestro y como «esperanza de la Iglesia» (EN 58), la multiplicación de pequeñas comunidades. Esta expresión eclesial se advierte más en la periferia de las grandes ciudades y en el campo. Son ambiente propicio para el surgimiento de los nuevos servicios laicales. En ellas se ha difundido mucho la catequesis familiar y la educación de la fe de los adultos, en formas más adecuadas al pueblo sencillo.[13]

Se pregunta: ¿cuándo una pequeña comunidad puede ser considerada verdadera comunidad eclesial de base en América Latina?[14]
Ø La Comunidad Eclesial de Base, como comunidad, integra familias, adultos y jóvenes, en íntima relación interpersonal en la fe.
Ø Los cristianos unidos en comunidad eclesial de base, fomentando su adhesión a Cristo, procuran una vida más evangélica en el seno del pueblo, colaboran para interpelar las raíces egoístas y consumistas de la sociedad y explicitan la vocación de comunión con Dios y con sus hermanos, ofreciendo un valioso punto de partida en la construcción de una nueva sociedad, «la civilización del amor».


Ø Las Comunidades Eclesiales de Base son expresión del amor preferente de la Iglesia por el pueblo sencillo.[15]
Podríamos seguir citando documentos, pero para no entrar demasiado a esta perspectiva llegamos exponiendo hasta aquí, esto nos daría un panorámica de cómo el Magisterio reconoce las Comunidades Eclesiales de Base.

Comunidades Eclesiales de Base y Teología de la Liberación

Como ya hemos dicho al principio las comunidades Eclesiales de Base según el teólogo de la liberación vienen a ser la manifestación más clara de lo que es la Iglesia de los Pobres
.
La influencia de la Teología de la Liberación en America Latina viene a ser muy grande debido a los muchos conflictos que ha habido y por las muchas controversias que ha habido a nivel ideológico. Además de eso se le suman las fuertes crisis económicas, sociales y conflictivas entre los diversos estratos de la sociedad.

Recopilando datos la mayoría de los que pertenecen a las comunidades Eclesiales de Base son gente obrera, campesinos, y en general gente pobre que al alimentarle la idea de un cambio innovador también se les viene a la mente la idea de una revolución.

Esto no quiere decir que necesariamente las Comunidades Eclesiales de Base vengan a poner malos cimientos en la fe del pueblo, al contrario si se busca la idea del Justo medio y de una Justicia muy bien dada, puede darse buenos frutos. La idea de cambios muchas veces nos suena algo como revolución. Pero es cierto no podemos separar la teoría de la practica si en las Comunidades de Base estamos llamados a construir la civilización del amor, fomentar el cambio es necesario y sobre un cambio desde el interior de la persona de manera que ha esta la transforme la renueve la invite a seguir el modelo del verdadero Cristiano. Los modelos de la gente sencilla deben de ser la misma gente sencilla que pone de su parte para transformar la sociedad. Los lideres de las Comunidades Eclesiales de Base deben de tener claro el ideal Cristiano, de tal manera que integren en su vida tanto un cambio espiritual como material, con ello estamos llamados a ser solidarios, los unos con los otros y aquí podemos ver la claridad de las primeras comunidades cristianas, las cuales compartían de lo que tenían, y esto nos aclara también el hecho de que no se vive solo dando sino también recibiendo bienes, porque si todo pasara a comunidad, donde queda el termino de Propiedad Privada que el Magisterio ha propuesto desde siempre.

La Iglesia que tiene como riqueza a los más necesitados, nos enseña a vivir en armonía los unos con los otros. Y poco a poco nos mostramos mas firmes en el seguimiento de Cristo.

Ahora bien, para el teólogo de la liberación las Comunidades de Base deben de ser el nuevo modelo de Iglesia para América Latina, y estas deben de tener iniciativas que busquen soluciones a los problemas sociales que enfrentan, es más como es bien sabido, las Comunidades Eclesiales de Base la conforman en su mayoría gente sencilla, que bajo la tutela de los clérigos y religiosas, o laicos comprometidos buscan solucionar sus miserias, aunque equivocadamente podemos decir que se meten a buscar mas la solución a los problemas desde una perspectiva marxista que desde una perspectiva cristiana. Además de la mala influencia que las ideologías puedan hacer de este movimiento eclesial y además de que esta transformación crea confusiones en el ámbito eclesiástico. Puede decirse que también depende de sus dirigentes y de las posturas ideológicas que ellos tomen, inclusive puede decirse que el mismo clero influye ya que: Elemento capital para la existencia de comunidades cristianas de base son sus líderes y dirigentes. Éstos pueden ser sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas o laicos. Es de desear que pertenezcan a la comunidad por ellos animada.[16]

Si el clero Es partidario de la teología de la liberación puede influir en la formación de los líderes.

En las Comunidades Eclesiales de Base la relectura de la Sagrada Escritura en clave dialéctica, puede ir despertando el interés de los menos instruidos en cuestiones meramente sociales, y cada individuo empezara ha hacer su propia relectura de la Sagrada Escritura y dependiendo de los criterios este se puede desvirtualizar de tal modo que poco a poco lo evangélico deje de ser evangélico.

Es más en los pequeños círculos de las comunidades Eclesiales de Base se pueden ir creando semilleros en los cuales la preocupación sea meramente los pobres, vistos desde la perspectiva de la opinión, y esto puede crear desvariaciones en otras concepciones que ya no tendrían que ver con teología sino con ciencias sociales.

En muchas Comunidades Eclesiales de Base se dio mucho el problema de obediencia a los superiores, al clero, pues decían que era necesario otro modelo de Iglesia, que ya no fuese jerárquico y que incluyera la participación del “pueblo”. Lógicamente esto no seria lo mejor y contradice la constitución jerárquica de la Iglesia, pero con la idea de la Iglesia del Pueblo hace ver que la pertenencia eclesial invita a una participación social (esto seria bueno si no fuera, por que esta participación muchas veces se liga a represiones y toma de armas), esta participación social llevaría a todos a tener por común los bienes materiales, y esto propiciaría una comunidad verdaderamente constituida desde el seno eclesial, con perspectivas muy influyentes en la sociedad.
Conclusión
Podemos decir entonces que:
Las Comunidades Eclesiales de Base son Muy buenas y son promovidas por la Iglesia. Además tienen su definición propia y han sido tratadas constantemente en las Conferencias del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, se puede decir que son promotoras de Esperanza para la nueva evangelización, además que abren el camino a nuevos procesos de evangelización. Esto por una parte, luego, desde las perspectivas Liberadoras tiene un significado potenciado para lograr transformar la sociedad y denunciar las injusticias sociales.
En Alguna medida si son puestas como medio para introducir la ideología esta muy mal, pero si son medios eficaces en donde se viva la fe y se exprese el cambio, tanto personal, como social, son buenas y además deben promoverse, Es más deben de llevarnos a todos a conocer mas a Cristo que es el único y el centro de la Predicación.

[1] JULIO LOIS, Teología de la Liberación: Opción por los pobres ,IEPALA Editorial, 1986
[2] PHILLIP BERRYMAN Teología de la liberación: Los hechos esenciales en torno al Movimiento Revolucionario en América Latina y otros lugares, Ediciones Siglo XXI, 1989
[3] JULIO LOIS, Teología de la Liberación: Opción por los pobres, IEPALA Editorial, 1986
[4] Pablo VI, EN n 58
[5] Documentos Finales Medellín n 15, 10
[6] Ibíd. n. 15,15
[7] Documentos Finales Puebla n. 618
[8] Hch. 2, 42-46
[9] Hch. 4, 32-36
[10] GS. nº 40
[11] Pablo VI, EN n. 58.
[12] Documentos Finales Medellín n. 15, 11
[13] Documentos Finales Puebla n. 629
[14] Ibíd. n. 640
[15] Ibíd. nn. 641-643
[16] Documentos Finales Medellín n. 11

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